SOLUCION:
1. RESUMEN
LOS DERECHOS HUMANOS COMO EXPRESIÓN DE LA DIGNIDAD HUMANA
Todo derecho es humano,
porque sólo el hombre es titular de derecho en sentido estricto. Esas expresiones
se refieren solo a ciertos derechos del hombre, llamados fundamentales en
cuanto aluden a exigencias básicas del ser humano, y por ello fundamentan a
los demás derechos humanos.
Substancialmente todas
las expresiones indican de alguna manera que esos derechos no dependen
exclusivamente de normas positivas y que tienen valor previo y superior o
independiente de ellas: pertenecen a todo hombre, por el mero hecho de ser
hombre, sin diferencias religiosas, sociales o culturales.
Sto. Tomás y sus
seguidores desarrollan una teoría política que incluye derechos civiles y
políticos. La autoridad política, fundada en la naturaleza humana creada por
Dios, radica en el pueblo o en la sociedad, sujeto del Poder y origen del
Estado.
La DSI. No entra directamente
en el derecho positivo pero sí entra en su fundamentación y contenidos. Los
derechos humanos para la Iglesia son el resultado de una simbiosis entre
experiencia y teoría bastante precisas, con declaraciones de derechos humanos
y su defensa, más conectados con teólogos, juristas, misioneros y evangelizadores,
que con el Magisterio del Papa.
Desde León XIII hasta ahí
la postura de la Iglesia se decanta y articula dentro de su propia concepción
sobre el hombre, la sociedad y el significado y funciones del poder político.
Juan Pablo II, a los
miembros de la Comisión Teológica Internacional, les decía que "para
confirmar los derechos humanos necesarios mucho ayuda la reflexión teológica
sobre la dignidad de la persona humana en la historia de la salvación, la
revelación cristiana puede aportar los fundamentos necesarios de la dignidad de
la persona humana a la luz de la historia de la creación y en las diversas
etapas de la historia de la salvación, es decir, de la caída y de la redención.
El Evangelio es un
mensaje de libertad y una fuerza de liberación que lleva a cumplimiento la
esperanza de Israel, fundada en la palabra de los profetas".
La
DSI. No pretende hacer una declaración completa de derechos humanos sino
indicar los principales según la situación y las necesidades del momento
declaratorio desde una posición equidistante entre la teoría abstracta y la
con creación excesiva porque con una carecería de universalidad y con otra
caería en la transitoriedad.
El
derecho a la vida. Para la Biblia la vida es un don de Dios. Tiene un valor
divino porque de Él participa, con independencia de sus cualidades y de su
utilidad social, en todas sus formas, no solo biológica y en todas las
dimensiones del hombre. Es el más fundamental y supone a los restantes
derechos.
El
derecho a la libertad religiosa. Se trata de la libertad de conciencia y por
tanto de religión para dar culto a Dios y practicar la fe.
El
derecho a la participación en la vida social. Implica la necesidad de la
educación en la participación cívica y política. Su carencia es una forma de
pobreza. No se puede dar sin el derecho de asociación, para formar, entre
otras, sindicatos y asociaciones intermedias.
El
derecho a la participación económica con el derecho de iniciativa económica. Para
todos los miembros de la comunidad política, por la función social misma de la
propiedad individual y colectiva.
El
derecho de los pueblos a salir de la miseria, ante la realidad del problema
Norte-Sur. Frente a la dependencia está
la solidaridad y la exigencia de creación de nuevas solidaridades.
León
XIII, inicia una recuperación dentro de una más amplia apertura y aceptación
de instituciones e ideas que estaban formando el mundo socio-político surgido
de las revoluciones del s. XVIII.
Como
libertades concretas desarrolla la libertad de cultos, que rechaza cuando se
identifica con "el derecho de desnaturalizar impunemente una obligación
santísima y de ser fiel a ella,
abandonando el bien para entregarse al mal". La libertad de conciencia,
por la "que el hombre en el Estado tiene el derecho de seguir la voluntad de Dios y de cumplir sus mandamientos
sin impedimento alguno ha sido siempre
el objeto de los deseos y del amor de la Iglesia".
Pero
hay que entenderlas también positivamente según la doctrina de la tolerancia:
"no se opone la Iglesia, sin embargo, a la tolerancia por parte de los
poderes públicos de algunas situaciones contrarias a la verdad y a la justicia
para evitar un mal mayor o para adquirir o conservar un mayor bien".
Procurar
otra organización frente a la tiranía o preferir para el Estado una toma de
gobierno moderado o participar en la vida pública para liberarse de la
dominación de una potencia extranjera o de un tirano o hasta que los
ciudadanos gocen de medios más amplios para aumentar su bienestar.
Pío
XI sufre los totalitarismos comunista, fascista y nazi; las consecuencias
económico-sociales de la primera posguerra, con la crisis del año veintinueve
y posteriores; el personalismo de entreguerras y la reacción contra la
dominación del Estado. Son las nuevas experiencias históricas que hacen
avanzar a la DSI.
La
DSI plantea los derechos socio-económicos y configura el principio de
subsidiariedad. También reconoce el derecho natural como fundamento de derechos
anteriores y superiores al Estado.
La
DSI tiene delante el comunismo ateo del que la Iglesia analiza su teoría y sus
resultados y al que se opone porque "Dios ha enriquecido al hombre con
múltiples y variadas prerrogativas: el derecho a la vida y a la integridad
corporal; el derecho a los medios necesarios para su existencia; el derecho de
tender a su último fin por el camino que Dios le ha señalado; el derecho, finalmente,
de asociación, de propiedad y del uso de la propiedad". Como tales
derechos "han sido impuestos por Dios", son las autoridades del
Estado las que "tienen el derecho de obligar al ciudadano al cumplimiento
coactivo de esos deberes cuando se niega ilegítimamente a ello, así también la
sociedad no puede despojar al hombre de los derechos personales que le han
sido concedidos por el Creador".
DSI,
denuncia los errores del racismo, partiendo del derecho natural: "a la luz
de las normas de este derecho natural puede ser valorado todo derecho positivo,
cualquiera que sea el legislador.
Pío
XII vive un primer contexto histórico de guerra, el triunfo del comunismo, un
nuevo orden socio-político y económico con el sistema democrático como ideal
político. En el mundo se implanta la ONU. En Europa nace un proceso de unión.
Paralelamente se aliena la sociedad por la mayor intervención del Estado, la
influencia de los medios de comunicación, la importancia de la opinión pública
y la "despersonalización".
La
despersonalización del hombre moderno por "una gigantesca máquina
administrativa" que encamina a la sociedad "hacia el desconocimiento
de la persona" cuando "todo diseño o programa debe estar inspirado
por el principio de que el hombre, como sujeto, custodio y promotor de los
valores humanos, está por encima de las cosas, incluso por encima de las
aplicaciones del progreso técnico" .
En
Juan XXIII el tema ya aparece como doctrina sobre la dignidad de la persona
humana es el transcendental principio de toda la doctrina social.
La
declaración que hace, tiene unas características generales: integra lo
tradicional y la novedad; ve la manifestación de la persona en la vida social
a través de los derechos y deberes cuyo carácter no es sólo formal y abstracto
sino social. El catálogo de derechos que presenta no es, ni pretende ser,
exhaustivo.
El
derecho natural y el derecho de la persona marcan el orden moral que es
interior y tiene propiedades
universales, inviolables e individuales con tres aspectos: el orden objetivo,
el conocimiento natural como fuerza moral y su obligatoriedad y vigor
jurídico. El fundamento último de todo ello está en Dios.
Los
derechos fundamentales de la persona humana en sí misma: a la vida y medios necesarios;
a la vida del espíritu, a la libertad de pensamiento e investigación y a la
educación y a la cultura.
Como
ser social y comunitario en general, la persona tiene derecho a vivir en
sociedad, asociarse, no ser discriminado, a la igualdad y participación activa
en la vida social, a los medios de comunicación y a la seguridad social y
jurídica.
También
tiene la persona derechos como ser familiar. La persona tiene derechos en
cuanto ser trabajador, a una distribución de bienes, a la propiedad y a la participación
en la vida económica.
Y
derechos de la persona como ser político, como ciudadano del mundo y como ser
religioso.
Habla
de los fundamentos cristianos y muestra cómo la fe los transforma cuando se
introduce en su misma dinámica interna. Habla también de los derechos de los
pueblos pobres al desarrollo.
En
su primera encíclica, coloca al hombre como el primer camino de la Iglesia y
tras la alusión directa a la ecología, al miedo del hombre aclara, aunque los derechos del hombre tienen
el hombre es el centro de la vida social "de los programas, situaciones,
regímenes".
Existe
una relación entre los derechos del hombre y el bien común. Trata los derechos
de los hombres del trabajo. Entre ellos están las relaciones del empresario
directo e indirecto con los del trabajador.
La mujer laboralmente ha de ser considerada en su especificidad. Para todos es el derecho al descanso y a la seguridad social. También el derecho a asociarse, a sindicarse, a la huelga. Este derecho es extensivo a los trabajadores agrícolas. Los minusválidos y los emigrantes, han de ser igualmente tenidos en cuenta en este campo.
No
usa el término ley natural sino el de "la naturaleza específica del
hombre, creado por Dios a su imagen y semejanza". A menudo habla de los
derechos del hombre en todas sus tipologías: los políticos, los sociales, los
de los pueblos, los de un ambiente ecológicamente sano.
LA RELACIÓN PERSONA-SOCIEDAD.
Este
tipo de sociabilidad se da de forma natural ya que esta se conecta con la
sociedad. Esto nos quiere dar a entender que la parte de sociabilidad es un
factor o actitud que se da gracias al tipo de situación que nos encontremos
ante la sociedad, es como una reacción que nuestra mente nos da al momento de
querer interactuar de forma social con otra persona o frente a una situación.
DSI. Sobre la
reacción persona-sociedad.
El
tema está presente en la DSI. Desde los primeros documentos de León XIII. Para
las Orientaciones la "relación entre la persona y la sociedad son mutuas y
necesarias. Nacen con la persona, 'por su innata indigencia y por su natural
tendencia a comunicar con los demás'". Son el fundamento de toda sociedad
y de sus exigencias éticas. Tal interdependencia está presente en el entramando
de la vida social del hombre. Pero no se trata de entender lo 'social’ como lo
'colectivo' pues "la fuerza y el dinamismo de esta condición social de la
persona se desarrolla plenamente en sociedad, que ve, por consiguiente,
acrecentarse las relaciones de convivencia tanto a nivel nacional como
internacional".
Pío XI en su encíclica DR. Después de exponer
la revolución que el comunismo hace del hombre, de la familia y del sociedad a
materia y colectividad (10-14), "presenta, frente a éste la verdadera
noción de la civitas humana, (...) enseñada por la razón y por la revelación
por medio de la Iglesia" y la articula a partir de Dios, que fundamenta al
hombre, fija la constitución y prerrogativas de la familia.
Juan
XII, fijando la DSI dice: "la Iglesia católica enseña y proclama una
doctrina de la sociedad y de la convivencia humana" basada en el hombre,
"causa y fin de todas las instituciones sociales". Cuando trata los
deberes de los hombres en conexión necesaria con los derechos, considera el de
colaborar con los demás y dice que "al ser los hombres por naturaleza
sociables, deben convivir unos con otros y procurar cada uno el bien de los
demás".
El fenómeno de las crecientes relaciones
sociales
tienen
en cuenta la naturaleza y la vocación comunitarias del hombre, según el plan de
Dios, desde el origen hasta la consumación, pasando por el mandamiento nuevo,
lo cual "demuestra que el desarrollo de la persona humana y el crecimiento
de la propia sociedad están mutuamente condicionados porque el principio, el
sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona
humana, la cual, por su misma naturaleza, tiene absoluta necesidad de la vida
social" que "engrandece al
hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su
vocación".
Es el
"fenómeno, de la socialización, que, aunque encierra algunos peligros,
ofrece, sin embargo, muchas ventajas para consolidar y desarrollar las
cualidades de la persona humana y para garantizar sus derechos".
El aspecto positivo: favorece a la
persona y garantiza sus derechos
Esto
ofrece muchas ventajas para consolidar y desarrollar las cualidades de la
persona humana y para garantizar sus derechos. También para las Orientaciones
este aspecto no puede ser acogido sino positivamente, dado que permite
lograr la realización de la solidaridad humana y favorece la ampliación del
marco de las actividades materiales y espirituales de la persona.
También permite
que se satisfagan mejor muchos derechos de la persona humana, sobre todo los
llamados económico-sociales de los que enumera bastantes. Pero esto reduce
el radio de acción de la libertad individual creando situaciones que hacen
extremadamente difícil pensar por sí mismo, obrar por iniciativa
propia, asumir convenientemente las responsabilidades personales y afirmar
y consolidar con plenitud la riqueza espiritual humana.
Procediendo adecuadamente contribuirán no sólo a
fomentar en estos la afirmación y el desarrollo de la personalidad
humana, sino también a realizar satisfactoriamente aquella deseable
trabazón de la convivencia entre los hombres que es absolutamente necesaria
para satisfacer los derechos y las obligaciones de la vida social.
El aspecto negativo: Las
estructuras del pecado
Es esto
lo que explica la división íntima del hombre. Toda la vida humana, la
individual y la colectiva, se presentan como lucha, y por cierta
dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las
tinieblas. Cuando la realidad social se ve viciada por las consecuencias
del pecado, el hombre encuentra nuevos estímulos para el pecado. Y
poco después afirma que los diez Mandamientos, cuando no se
cumplen, introducen en el mundo condicionamientos y obstáculos que van
mucho más allá de las acciones y de la breve vida del individuo afectan así
mismo al desarrollo de los pueblos, cuya aparente dilación o lenta marcha
debe ser juzgada también bajo esta luz.
El Catecismo de la Iglesia Católica habla de la
persona y la sociedad empezando por el carácter comunitario de la vocación
humana, apelando a las capacidades espirituales y morales de la persona y
a la exigencia permanente de su conversión interior para obtener cambios
sociales que estén realmente a su servicio. La prioridad reconocida a la
conversión de corazón no elimina en modo alguno, sino, al contrario,
impone la obligación de introducir en las instituciones y condiciones de
vida, cuando inducen al pecado, las mejoras convenientes para que
aquéllas se conformen a las normas de la justicia y favorezcan el bien en lugar
de oponerse a él.
Socialización
económica. Tensión entre socialización y personalización
El Estado moderno, transformado en máquina administrativa gigantesca, invade todos los sectores de la vida. Pío XI, cuando analiza las relaciones entre capital y trabajo, condena el liberalismo extremo y también la doctrina que defiende, quitando únicamente lo suficiente para amortizar y reconstruir el capital, todo el producto y el rendimiento restante corresponde en derecho a los obreros también condena la teoría y la praxis de los socialistas, según los cuales todos los medios de producción deben transferirse al Estado, esto es, como vulgarmente se dice, 'socializarse'.
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